miércoles, 16 de enero de 2013

HIPERHIDROSIS


Novedades en el tratamiento de la hiperhidrosis

En las siguientes líneas se resumirán aquellas novedades más importantes que cualquier persona con sudoración excesiva debe de conocer para mejorar su día a día.

¿Por qué sudamos?

La sudoración cumple una importante función fisiológica, regulando nuestra temperatura corporal con respecto al ambiente que nos rodea. No obstante, también tiene una función emocional, de forma que situaciones estresantes provocan un estímulo de estas mismas glándulas, provocando que sudemos.

Nuestro “Centro del sudor” se encuentra localizado en el área preoóptica hipotalámica. Una vez estimulado, el hipotálamo manda señales a la médula espinal, que manda neurotransmisores que a través de los nervios simpáticos, tras pasar por los ganglios simpáticos, llegarán a las glándulas sudoríparas que producirán el sudor. Los neurotransmisores pueden salir de diferentes localizaciones de la médula, y de éstas dependerá su inervación de la piel.

Respecto a los neurotransmisores, será la acetil-colina la que inervará a los 3 millones de glándulas ecrinas que tenemos en nuestro cuerpo y que son las implicadas en la sudoración.

¿Qué es la hiperhidrosis?

El concepto de hiperhidrosis hace referencia a la sudoración excesiva que el organismo produce en respuesta al calor o a estímulos emocionales que superen los estímulos fisiológicos . Cuando existe hiperhidrosis la sudoración es apreciable incluso en un cuarto con aire acondicionado, donde normalmente no es esperable, y conduce a graves disfunciones psicológicas, sociales y profesionales.

¿Cuándo empieza el problema del exceso de sudoración?

La hiperhidrosis primaria suele aparecer al inicio de la edad infantil, generando un empeoramiento progresivo hacia el período puberal, para luego disminuir nuevamente en edades avanzadas . Afecta a ambos sexos y se da en todas las razas.

¿Cuál es la causa de la hiperhidrosis?

La mayoría de los casos de hiperhidrosis no tienen una causa concreta , por lo que se consideran hiperhidrosis primarias. Sin embargo, existe un pequeño grupo de pacientes cuyo exceso de sudoración está en relación con alguna enfermedad de base.

 

Tengo hiperhidrosis… ¿Existe tratamiento para mi problema?

Actualmente existen múltiples opciones terapéuticas para el tratamiento de la hiperhidrosis. Sin embargo, para alcanzar los mejores resultados resulta imprescindible una buena evaluación dermatológica, y con ello una elección adecuada del tratamiento ideal para cada situación.

a. Tratamiento tópico: cremas, polvos y sprays :

Este tipo de agentes actúan por bloqueo de los conductos excretores de las glándulas o como astringentes . Este grupo está formado principalmente por las sales metálicas (cloruro de aluminio, clorhidrato de aluminio, clorhidrato de circonio aluminio y sulfato de aluminio). El clorhidrato de aluminio en solución al 50% en alcohol etílico anhidro es el más eficaz. Como contraindicaciones se han descrito la hipersensibilidad al producto y la irritación dérmica. Esta irritación se produce por la aplicación de los productos antiperspirantes en axilas húmedas, que produce la cristalización del aluminio. Para evitarlo, se debe de aplicar el producto sobre una superficie seca.

b. Tratamiento mediante movimiento de electrones: iontoforesis:

Es un tratamiento transcutáneo que consiste en el paso de corriente eléctrica a través de la piel . Es una técnica que facilita el transporte molecular a través de la piel bajo la influencia de un campo eléctrico externo, continuo o pulsante. La corriente eléctrica moviliza los iones sodio de una solución acuosa en la que sumergimos la zona a tratar, y ello origina un reposo temporal de las glándulas sudoríparas según un mecanismo no bien conocido.

Este método supone el realizar tratamientos de 5-10 minutos 3 veces por semana mediante la inmersión en la cubeta de la zona a tratar. Esta técnica es bastante útil en pacientes con hiperhidrosis localizada en los pies, pero no lo parece en el resto de localizaciones .

c. Tratamientos orales: Glicopirrolato y clonidina:

Como las glándulas sudoríparas poseen también receptores muscarínicos, serán sensibles a la acción inhibidora de los anticolinérgicos. La mayoría de los pacientes con hiperhidrosis idiopática mejoran con anticolinérgicos sistémicos, pero suelen acarrear efectos colaterales y, por ello, se reservan para determinadas circunstancias en los que los demás tratamientos no son efectivos.

d.Tratamiento quirúrgico: Simpatectomía torácica endoscópica:

Consiste en el clipaje, la ablación o la cauterización de la cadena simpática, que consigue distintos resultados y efectos indeseables en función de los niveles a los que se realice la interrupción . La simpatectomía torácica endoscópica bilateral se ha consolidado en estos últimos años como una técnica efectiva, permanente y segura. Los resultados inmediatos, a medio y largo plazo, son en general excelentes; sin embargo, hay diferencias en el índice de satisfacción y calidad de vida en relación con la localización de la hiperhidrosis y el tipo de intervención quirúrgica realizada, principalmente en relación con el concepto de hiperhidrosis paradójica (exceso de sudoración en áreas donde previamente no existía hiperhidrosis).

e. Tratamientos infiltrados: Uso de toxina botulínica:

La aplicación de esta sustancia ha supuesto una auténtica revolución para el control de la sudoración en los pacientes con exceso de sudoración, gracias a su rapidez de acción y a la práctica ausencia de efectos secundarios (Figura 4 y 5). Esta sustancia inhibe la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, implicando en este caso la inervación simpática postganglionar de las glándulas cerinas. Los efectos del tratamiento empiezan a notarse entre los 2- 4 días, y la sintomatología remite en una semana. La duración del efecto suele variar según localizaciones, pero oscila entre los 6-8 meses.

¿Toxina botulínica o cirugía para mi problema de sudoración localizado en manos/axilas/ pies?

La opción quirúrgica es un tratamiento eficaz y definitiva para el control de la hiperhidrosis localizada. No obstante, dejan una serie de inconvenientes que en ocasiones generan el descontento del paciente:

Hiperhidrosis paradójica : Hasta en un 50% de los pacientes intervenidos para el control de la hiperhidrosis desarrollan lo que se conoce como hiperhidrosis paradójica, o incremento de sudoración en áreas donde previamente no existía este problema, principalmente cara, espalda y glúteos. Este desagradable problema es secundario al fenómeno compensatorio del bloqueo de la sudoración de las manos, y es definitivo hasta en un 40% de los casos.

Necesidad de anestesia general para la intervención quirúrgica .

Posibles complicaciones de la intervención quirúrgica, especialmente el neumotórax .

La opción de la toxina botulínica es un tratamiento tan eficaz como el tratamiento quirúrgico cuando es correctamente aplicado, pero su efecto es temporal, con una duración media del efecto de 9 a 12 meses. No obstante, este efecto no permanente tiene una serie de importantes ventajas: reversibilidad, práctica ausencia de hiperhidrosis paradójica y no necesidad de anestesia general.

Por estas razones, en la actualidad se considera a la toxina botulínica como el tratamiento de elección de hiperhidrosis de manos, axilas y pies.

En definitiva, la sudoración excesiva supone un problema social, que en algunos casos requiere medidas especiales .

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